La reconversión de los contenidos al mundo digital y el éxito de la Red a la hora de acercar a los usuarios, gracias a herramientas como Facebook o Twitter, marcan la celebración, este lunes, del Día de Internet, esa herramienta adolescente de proyección imparable.
La red de redes llega a su día grande con buena salud, como una adolescente que se encuentra en una fase explosiva de creatividad y no tiene miedo de probar cosas nuevas, aunque finalmente resulten un desastre, explica en una entrevista con Miguel Pérez Subías, presidente de la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), el grupo que impulsó el día de la Red.
En su momento, emprendedores pusieron en marcha, un tanto a ciegas, Google, Apple o YouTube -que cumple 5 años-, compañías que hoy gozan de influencia y de una gran popularidad y que capean la crisis con resultados económicos más que favorables. Las redes sociales, que fomentan la comunicación con conocidos, potencian la pertenencia a un grupo y permiten reafirmar la identidad social, son hoy las estrellas de la red. Facebook ya cuenta con más de 400 millones de usuarios y en la red de 'microblogging' Twitter se publica a diario una media de 50 millones de entradas. Ambas son las más potentes, pero existen todo tipo de redes sociales que sirven desde para charlar de cine, hasta para denunciar a tiranos, insultar a enemigos o compartir con un selecto grupo de millonarios el placer del lujo.
La reunión cibernética en torno a intereses comunes también les resulta de gran utilidad a las empresas, que saben hacia dónde tienen que dirigir sus mensajes y reciben una retroalimentación directa de los consumidores.
Según Pérez Subías, la verdadera dimensión de la Red se pone de manifiesto cuando se utiliza en la vida cotidiana para relacionarse con las personas cercanas o afines, no cuando se accede a lo que está lejos.
Y es que el experto de la AUI afirma que la ciudadanía ve en Internet una gran oportunidad que facilita la vida y permite compartir, comentar, participar y acceder de forma inmediata y desde cualquier lugar a contenidos digitales.
La clamorosa inmersión de los ciudadanos en la Red ha puesto en jaque los modelos tradicionales de negocio. A las industrias de contenidos digitales les está costando arrancar y consolidar su desembarco en Internet, que siguen considerando una amenaza.
Pérez Subías afirma que el sector no puede seguir viviendo de vender copias físicas porque con Internet su coste tiende a cero: cada 18 meses ese coste se divide entre dos o entre cuatro y el proceso de copiar es sencillo e imposible de controlar.
El tiempo de reacción de estas industrias ha sido lento, y lo sigue siendo, lo que fomenta la propagación de contenidos piratas."Cuanto más tardemos en reaccionar antes, habrá otros que aprovecharán esto como una ventaja", dice Pérez Subías, quien denuncia que se legisle para preservar el mundo analógico cuando la realidad se dirige a uno digital.
En cualquier caso, tímidamente surgen nuevas iniciativas que contribuyen a esa transición, como el programa de 'streaming' Spotify, que permite oír música de forma gratuita a cambio de escuchar publicidad, o Libranda, una nueva plataforma digital de distribución de literatura que reunirá a los grandes grupos editoriales en español.
Oportunidad para los pequeños
Quienes han tenido claro desde el principio el potencial de Internet como canal de proyección han sido los pequeños creadores, que pueden dar a conocer sus obras de forma sencilla y económica. El boca-oreja está más vivo que nunca gracias a las redes sociales.
Internet es un medio democrático en el que los intentos de censura son inútiles, asegura Pérez Subías, porque avanza tan rápido que los usuarios se las apañan para burlar las dificultades.
Pero la mayor amenaza para la neutralidad de la red procede del poder empresarial: la falta de competencia resulta devastadora para el usuario, que pierde poder y capacidad de decisión.