viernes, 3 de agosto de 2012




Huarango en el desierto de Nazca


Para L.L.M.


Del trasfondo del viento en tus comisuras te rescato
De arenas hondas y violentas, mansillo tu ternura y la poseo
Escribo en tu piel nuestro acertijo y penetro en tus labios sangrientos.
De este desierto de tiempo el sismo de los derrumbamientos y el botón
De tu gladiolo enhiesto, saben de nuestro tiempo a íntima llave
De las puertas ultimas, en los fondos de los huarangos, en tu nido
La miel que resbala por tus muslos, la memoria de tu abandono
El deseo embravecido, tu sueño de arena en mi bengala endurecida.
La camanchaca es el martirio que me propinaste para el descuido
Recorre las dunas, oxida mi vaho, me hace tu verso en cautiverio
Así, ungüento tu tobillo y desnudo la presa entre tus vellos
Custodio tu cuerpo de brillos y jadeos, de conciertos y de rezos
Y ahora bautizo otra vez tu espalda y llego generoso al aniego.
Dónde te amé tanto que me olvido. Martillo tus nalgas en ahogo
Soy esa cicatriz de tu delirio. Un corsario en el oasis de tus desprecios.


Eloy Jáuregui / 3 de agosto 2012.