Para
L.L.M.
Del trasfondo del viento en tus comisuras te rescato
De
arenas hondas y violentas, mansillo tu ternura y la poseo
Escribo
en tu piel nuestro acertijo y penetro en tus labios sangrientos.
De
este desierto de tiempo el sismo de los derrumbamientos y el botón
De tu
gladiolo enhiesto, saben de nuestro tiempo a íntima llave
De las
puertas ultimas, en los fondos de los huarangos, en tu nido
La
miel que resbala por tus muslos, la memoria de tu abandono
El deseo
embravecido, tu sueño de arena en mi bengala endurecida.
La
camanchaca es el martirio que me propinaste para el descuido
Recorre
las dunas, oxida mi vaho, me hace tu verso en cautiverio
Así,
ungüento tu tobillo y desnudo la presa entre tus vellos
Custodio
tu cuerpo de brillos y jadeos, de conciertos y de rezos
Y
ahora bautizo otra vez tu espalda y llego generoso al aniego.
Dónde
te amé tanto que me olvido. Martillo tus nalgas en ahogo
Soy
esa cicatriz de tu delirio. Un corsario en el oasis de tus desprecios.
Eloy
Jáuregui / 3 de agosto 2012.